Por Agencias
Ciudad de México.- En cada clásico nacional, los aficionados muestran una relación íntima con el color de su camiseta, el amor más primitivo y duradero por los colores que eligieron de chicos. El América hizo valer esa elección en el estadio Azteca, un escenario colmado de banderas amarillas. Definió su pase a una nueva final de la Liga Mx con la victoria más esperada del año ante el Guadalajara (1-0, 1-0 global), esa que le permite soñar con el bicampeonato.
Como suele ocurrir en el futbol, el partido puso en escena la lucha entre el día y la noche, la triste pena y el paraíso. De un modo bastante sufrido, las Águilas se mantuvieron de pie en defensa de su corona. Trabajaron al igual que todo el torneo como un controlador de radares. En ocasiones los rojiblancos apagaron sus luces, pero aun así impusieron su orden y se volvieron inalcanzables para llegar a su segunda final en un año.
Algunos elementos, como Álvaro Fidalgo y Diego Valdés, adormecieron la pelota cuando más lo necesitaron sus compañeros. Produjeron jugadas que no siempre terminaron, compitieron y, ya con un Rebaño volcado, los dos celebraron el gol de Israel Reyes en un tiro de esquina (60) como una redención. Si este deporte es capaz de jugar con la imaginación, en los clásicos algo único nunca ocurre dos veces. Eso explica por qué el delantero de Chivas, Ricardo Martín no volvió a generar peligro en sus oportunidades en ataque, luego del remate que estrelló en el poste en una mala salida del arquero Luis Malagón.
Los rojiblancos no soportaron el 1-0, con la complicidad en la marca del afamado Javier ‘Chicharito’ Hernández, quien jugó apenas unos minutos desde su ingreso al campo. La obligación de remontar y lograr una victoria épica los llevó a transitar por un camino de piedras volcánicas, donde cualquier error parecía consumir sus pies.
El calvario del Rebaño, esa herida que permitió el resplandor del América, hizo que decenas de banderas colorearan las tribunas, entre ellas una del tamaño de la cabecera baja. Con el famoso personaje de la saga cinematográfica ‘Star Wars’, Darth Vader, el principal grupo de animación de las Águilas mandó un mensaje provocativo a su histórico adversario: “Yo soy tu padre”. Y si bien la Comisión Ambiental de la Megalópolis activó la fase 1 de contingencia ambiental debido a una concentración máxima de ozono, la directiva del club no detuvo el espectáculo que tenía preparado al medio tiempo, encendiendo fuegos artificiales, bombas de humo y luces LED.
Tras su derrota en la Concacaf Copa de Campeones ante el Pachuca, el técnico brasileño André Jardine se propuso reunir las fuerzas que le sobraron a sus jugadores para buscar la doble corona en la Liga. Sólo queda conocer si enfrentará a Cruz Azul o Monterrey. (Alberto Aceves/La Jornada).
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