Por Agencias
Ciudad de México.- En cada Copa Mundial de la FIFA hay partidos que son una prueba de fuego. Los que definen el pase a la segunda ronda pueden borrar como por arte de magia varios años de preparación, trascienden el nivel de juego y las etiquetas de equipos favoritos. México esperó seis años para volver a disputar el torneo Sub-20. Pisó fuerte de entrada, pero muy rápidamente el nivel de sus rivales retrasó su explosión. Sólo una victoria ante Marruecos en el estadio Elías Figueroa, en Valparaíso, lo separaba de los octavos de final como segundo lugar de grupo. Y cumplió. Se impuso 1-0 y dejó fuera al mismo tiempo a Brasil y España, dos potencias de este deporte. Su siguiente obstáculo en octavos será Chile.
Desde la edición de 2019 en Polonia, el representativo mexicano no tuvo un jugador tan decisivo como Gilberto Mora, autor de un doblete en el empate con la Roja (2-2) y del gol que terminó con una racha de cinco encuentros sin ganar en esta cita mundialista. Mora, campeón de la Copa Oro con 16 años -tres menos de los requeridos en la categoría- convirtió desde el manchón de penalti el 1-0 (51) después de una mano del zaguero Anas Tajaouart dentro del área. Para algunos de sus compañeros en Tijuana, la imagen de Mora fue un recuerdo común. En cuanto miró al portero Ibrahim Gomis con la pelota bajo el brazo, supieron que su remate iba a ser imparable y eso pasó.
Marruecos necesitó de varios minutos para reorganizarse. Jugó con nueve elementos que no son titulares fijos, pero con un físico superior al de la mayoría de sus rivales en peso y estatura. En unos de los primeros intentos del Tricolor, el delantero de Cruz Azul, Mateo Levy, comprobó tal diferencia al sufrir una conmoción cerebral tras un choque de cabezas con un defensor africano. El técnico nacional Eduardo Arce ingresó en su lugar al volante del Monterrey, Iker Fimbres, quien terminó por darle un giro al partido cuando logró combinarse con Mora, Obed Vargas y Yael Padilla, las promesas del medio campo mexicano.
En Santiago, Brasil escribió una de sus páginas más oscuras en categorías juveniles. Quedó eliminado por primera vez en la primera ronda de una Copa Mundial Sub-20 al caer 1-0 ante España y finalizar su participación sin victorias en tres partidos. Iker Bravo consiguió el tanto de la Roja (47), con el que aspira a meterse entre los mejores terceros del torneo. La verdeamarela sólo alcanzó a sumar un empate. (La Jornada).
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