Por José Gregorio Aguilar
Cd. Victoria, Tamaulipas.- La Navidad suele presentarse como una temporada de alegría y unión, pero también puede convertirse en un tiempo de nostalgia, cansancio y ausencias que pesan en la salud emocional de muchas personas. Jorge Alejandro Torres Garza, master en ciencias, advierte que diciembre tiene un “filo doble”: puede ser tan luminoso como una posada, pero también tan pesado como una vieja melancolía que regresa a tocar la puerta.
En estas semanas se mezclan recuerdos, expectativas y presiones sociales que obligan a encajar en una “postal perfecta”. Sin embargo, la salud mental en Navidad no significa resistir sonriendo, sino permitirse sentir, hacer una pausa y admitir que la humanidad es más importante que cualquier cena, regalo o reunión.
Torres Garza subraya que la Navidad también puede ser un acto de autocuidado: un café caliente en silencio, una caminata para ordenar la mente, una llamada honesta, un abrazo que llegue o simplemente descansar sin culpa.
“Si el corazón se siente raro -apretado, cansado, melancólico- no significa que estés fallando. Significa que estás vivo, que tu alma se mueve y que algo dentro de ti pide atención y ternura”, señala.
El especialista recuerda que esta época no es un examen emocional, sino un recordatorio de que seguimos aquí, creciendo, sanando y, cuando se puede, celebrando. Por ello, propone resignificar la Navidad: que no exija, sino que acompañe; que no compare, sino que sostenga; que no rompa, sino que abra espacios para reconectar con uno mismo.
En medio del ruido y las exigencias sociales, encontrar un instante de calma puede ser el verdadero milagro de estas fechas. Al final, la salud mental en Navidad se resume en un principio simple: cuidarte como cuidarías a alguien que amas, hasta que poco a poco ese alguien seas tú, puntualiza el especialista.







Discussion about this post