El PRI ahijado de Egidio

Rigoberto Hernández Guevara

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Es casi un hecho que el ahijado de Egidio Torre Cantú, Sergio Guajardo Maldonado, sea ungido como nuevo dirigente del PRI en Tamaulipas el próximo 26 de este agosto.
Se va directo en el tema dado el análisis previo que nos permite observar con claridad quién se ha otorgado ya el triunfo en el seno de sus declaraciones y sin poder ocultarlo, ocultándolo y diciendo lo que en su defensa le compete: que no depende del ex gobernador Egidio Torre, y que nunca se había dado una elección de dirigencia estatal (Como ésta que lo ungirá)
En una idea que más bien parece proceder del actual sexenio estatal, Sergio Guajardo añade que las decisiones ya no se van a tomar en Victoria, en una idea “cabecista”, refiere que las decisiones ya no se tomarán en Victoria sino en el seno de cada uno de los comités municipales.
Y se queja: Aclara que no trabajó en el gobierno de Egidio Torre, y sí lo hizo en el gobierno de Tomás y de Geño, con Egidio nomás fue Diputado  y delegado Federal.
Y abiertamente se inconforma de que es Cavazos Lerma el único que le anda echando ganas apoyando a otro de los candidatos. Seguramente no le aclararon al ex gobernador Cavazos que Sergio Guajardo es el bueno y que había que hacerse a un lado en este caso.
El 26 de agosto se sabrá quién será el dirigente del PRI en Tamaulipas, lo cual no tendría mayor relevancia si no fuera porque ahí se encuentran las fuerzas encontradas del PRI en el estado.
Un régimen negociador y a modo con el actual sistema de cosas en Tamaulipas es el de Sergio Guajardo y el ex gobernador, al menos eso es lo que se ventila por lo bajo y en lo que se vende a  todos y a los más de 200 priistas que hasta el día de hoy le han dado la firma para que sea su líder.
En lo personal yo no veo a un Egidio muy negociador, pero con lo que ha logrado hasta la fecha sobre todo en el terreno de la impunidad, de él y con los demás, pues es bastante fácil dilucidar de cual negociación estamos hablando.
¿Qué ofrece Egidio en caso de quedarse con la camiseta del PRI? Más de lo mismo, y la posibilidad que esos miles de almas perdidas que salen cada que hay elecciones a formarse en las urnas, se vayan con el elegido que ellos escojan: sean del PRI o sean del PAN.
Al menos mantenerlos en la plataforma ideal para que puestos en el mercado negro valga punto más que un almuerzo para la elección del 2018.
Es natural que Egidio Torre recientemente salido del gobierno y con muy buenos billetes, según se puede ver mediante su lujosa mansión construida en un vecino estado, asuma el costo y los beneficios de un partido para el cual quedó prácticamente solo y sin sombras, sin quien le pise los cayos.
El resto de grupos políticos permaneces hoy por hoy más lejos del margen, aunque no muertos, si lejos de donde hay con queso político. No se han podido acercar como si se necesitara algún permiso. Dicen que el miedo no anda en burro.
El resto de grupos, hoy por hoy bastante golpeados políticamente, incluso perseguidos, son marginales ahora, permanecen al amparo del nuevo cacique del PRI.
Caso contrario es el de Egidio, a quienes incluso sus propios adversarios a entrecomillas de otros partidos le han perdonado eso que ni siquiera pudo llegar a ofensa, el hecho de habernos mal gobernado.
Tal vez el PRI se equivoque, pero sus militantes ya se acostumbraron. No se les toma en cuenta y esas giras que luego se hacen por el estado como la que realizó Sergio Guajardo, para asegurar su liderazgo al frente del PRI, promete mucho, sobre todo esperanzas de candidaturas para el siguiente proceso.
Sin embargo, aunque todos prometan lo mismo, nadie lo hace desde sitio donde lo hace Ernesto, con esa seguridad de lo que ya dice: “antes los gobernadores decidían, hoy no hay que pedirle permiso a nadie para llegar a ser”, y pues habrá que creerle aunque quien sabe.
Para uno que ve de lejos tampoco se sabe si esa posición política de monigote al frente del PRI estatal ya fue negociada anticipadamente o no.
Pero algo hay para que Sergio Guajardo, hermano de Ernesto, otro ex líder del PRI, en cuya época se tiñó el estado con todos los colores partidistas en el marco de la convivencia y de las sesiones y acuerdos, consultas al bolsillo y otras chivas.
Y si esta posición ya fue negociada, o no, tampoco falla quien piensa mal, porque de una cosa estoy seguro, aunque se trate del tricolor, no importa, de todas maneras me late que el que quiera azul celeste que le cueste.
HASTA LA PRÓXIMA.