Oscar Almaraz, el converso que transformó la alcaldía en ‘caja chica’ del PRI

Felipe Martínez Chávez (Parte II)

Cd. Victoria, Tamaulipas.- Ante una burocracia que creció tanto, es de esperar que gran parte del presupuesto se destinara al pago de personal, gasto que significa un barril sin fondo. No generó beneficios a los victorenses.

Hasta fechas recientes el Congreso del Estado trataba de imponer un “tope” a las ambiciones de los alcaldes en su afán de manotear el presupuesto y compartirlo con sus amigos. Imponía un máximo del 18 por ciento para pago de sueldos y salarios. El candado desapareció de la noche a la mañana.

Como en otros municipios, en el Victoria de Oscar Almaraz tres cuartas partes del pastel se destinaron a gasto corriente.

El 30 de noviembre del 2016, el cabildo autorizó el presupuesto de egresos para el ejercicio 2017. El proyecto se hizo al gusto del presidente, a sus intereses. Los regidores de oposición no representaron contrapeso, ni PAN ni Movimiento Ciudadano y menos los “independientes”. Parecían “maiceados” o castrados.

Para ese año quedó establecido un gasto de 838.9 millones de pesos, de los cuales 363 se destinaron al pago de personal, que representó el 43.3 por ciento de lo presupuestado.

Los servicios personales son sueldos y salarios, compensaciones, gratificaciones, primas vacacionales, pasando por aguinaldos y viáticos.

Surgió un extraño renglón denominado “remuneraciones adicionales y especiales de personal”, con una asignación de 112.2 millones de pesos que no se explicó a los bolsillos de quién o quiénes fueron a parar. La gran incógnita y la sospecha de una “caja chica” destinada al PRI y el futurismo político. Se dio cobijo a los náufragos de junio del 2016.

En contra de cualquier norma administrativa privada y oficial, el gasto corriente en el municipio de Victoria, a partir del ayuntamiento de Oscar de Jesús Almaraz Smer, ascendió al 73.5 por ciento ¿seguirá igual? Veremos a los sucesores.

A servicios públicos, que es el alma de los ayuntamientos, se destinó el 49.74 por ciento de los ingresos. A pagar personal el 43.3.

La inversión pública es lo que menos importa, el presupuesto fue de 76.8 millones en el mismo ejercicio.

En comparación con el último año del edil Alejandro Etienne Llano, Oscar elevó el presupuesto anual en 19 millones de pesos que fueron a parar, completitos, a sueldos y salarios. Nada productivo. Compromisos de campaña y “hospedaje” de priístas en la fría banca.

Se confirma: Etienne pagó en recursos humanos la cifra de 344.4 millones de pesos. Almaraz aumentó a 363.7. Hizo aterrizar a tricolores salidos del gobierno con la llegada de los vientos del cambio, y a líderes del CDE que se quedaron sin nómina.

El ayuntamiento, que se entiende debe resolver problemas de la comunidad en la realización de obras y servicios, no creció para los renglones básicos. Ningún gasto aumentó tanto como Servicios Personales.

Es necesario decir que, del presupuesto autorizado, los ingresos propios llegaron a 223.3 millones, que representan el 26.6 por ciento. Los recursos federales por 615.7 millones, el 73.3 por ciento (incluye las obras por vía del Presupuesto de Egresos de la Federación) del total.

Para el mantenimiento de la oficina de prensa se presupuestaron 3.5 millones, en tanto que para el pago de facturas 23 millones más -según lo autorizado por el Cabildo-.

En el 2015, el cuerpo edilicio y funcionarios del gobierno municipal mantenían sueldos acordes con el presupuesto de ingresos, ni muy altos ni tan bajos.

El alcalde reportaba ingresos totales por alrededor de 60 mil pesos; los síndicos 35 mil y los regidores 29 mil.

Los directores de área tenían ocho mil 880 de sueldo y 41 mil 500 de compensación (50 mil en total). Subdirectores ingresos totales por 28 mil y jefes de departamento 15 mil.

Para el 2016 el alcalde Alejandro Etienne Llano se aumentó el sueldo y prestaciones hasta por más de 87 mil pesos. Fue un “levantón” de 27 mil adicionales (y a lo mejor tenía razón; los titulares de otras ciudades andaban arriba).

Los síndicos comenzaron a cobrar como de primer mundo: 53 mil 500 pesos. Los regidores se fueron de 29 a más de 45 mil mensuales.

Qué decir de los directores. Un alza de 50 a 71 mil 500 pesos cada 30 días. Menor el incremento para los subdirectores, de 28 a 33 mil.

En 2017, en apariencia el presidente siguió ganando los mismos 87 mil 474. Sin embargo, decidió que los síndicos tenían derecho a un aumento de diez mil. Subieron el sueldo de 53 mil a 63 mil pesos.

No se quedaron atrás los regidores. De tener 45 mil, Almaraz les elevó a 55 mil 800 de un solo golpe, de un mes a otro.

El sueldo de los subdirectores lo disparó de 33 mil a 49 mil. Tabuló a los directores en 71 mil 844.

Aquí no hay “topes”, todo queda en la moral del jefe edilicio en turno. La Ley dice que las decisiones de los cabildos son autónomas. El alcalde manipula al cuerpo edilicio. El Congreso autoriza los ingresos, mas no los egresos.

EN 2018 VUELVEN DAR DE TOPES

Para el ejercicio 2018 el presidente de la capital subió sus ingresos a 109 mil 376 pesos, casi 22 mil más de lo que cobraba en el 2017.

El aumento presupuestario de un año a otro fue raquítico, menos de medio punto porcentual, llegó a 845 millones de pesos que también se agotaron en sueldos y salarios. Más del 45 por ciento se fue a ese renglón. El 75 a gasto corriente.

Los síndicos comenzaron a ganar más de 66 mil. Los regidores se quedaron con los 55 mil 759.

COBRARON COMO SI TRABAJARAN

El uno de octubre (2018) se acabó el encanto. Empezaron a batallar para mantener el nivel de vida que llevaban. Cobraron como si trabajaran.

En la nómina del ayuntamiento de Victoria había muchas diferencias, los ingresos no correspondían a la labor realizada ¿por qué? Acuerdos del señor alcalde Oscar Almaraz Smer.

Según la nómina, la administración saliente contó con 104 funcionarios desde alcalde a jefes de departamento, sin tomar en cuenta a los síndicos y regidores.

Los más caros al pueblo paga impuestos fueron los “asesores” del jefe Almaraz.

A Luis Charles Jiménez, orgullo de la colonia Mainero, veterinario, ex líder de colonos, tres veces ex regidor, le pagó 30 mil mensuales. Aterrizó en Comunicación Social.

Experto priísta en la matraca y la pancarta, siempre ha estado pegado a la ubre municipal. Fue jefe de las otrora poderosa fuerza UVA (Unión de Viejas Argüenderas)  del tricolor.

Otro asesor, este más “cariñoso” fue Don Dámaso Anaya Alvarado. Se dejó pagar 44 mil 150 a través de la dirección de Análisis y Estrategia.

Asesor también del señor alcalde lo fue Bernabé Uribe Mora, graduado en ingeniería electoral, con un cobro de 30 mil 400 por mes adscrito a la secretaría particular.

Como asesor, el abogado e historiador Tomás Reséndez González se embolsó en el sector de la Tesorería la suma de 58 mil 200 pesos cada 30 días. Debe tener más experiencia (o intereses con el jefazo) porque su ingreso casi dobló a sus antecesores.

Pero el “estrellita” sin duda es Eduardo Martínez Vargas, asesor desde la Secretaría Técnica con la suma de 65 mil 300 pesos mensuales en su cartera.

Aparte de los asesores, el alcalde se hizo servir por un secretario particular, Rigoberto Ortega Juárez, y dos “secretarios privados”, Jesús Daniel García Betancourt y José de Jesús Fernández Viterio, que también cobraron bien.

A partir del uno de octubre se acabó el encanto.

Para cumplir mejor con sus funciones, Don Oscar nombró a una jefa de Agenda, Samantha de León Rosales, y un secretario técnico que cobraron no precisamente uno o dos salarios mínimos.

Aparte, en la misma particular mantuvo a un jefe de Giras y Logística, un director de Análisis y Estrategia, un jefe del departamento de Información, la jefa de Relaciones Públicas y Compromisos, jefe de Innovación y Modernización Tecnológica, jefe de Evaluación y Seguimiento, jefe de Proyectos y jefe de Peticiones, todos con gente bajo su mando.

En total, en la nómina municipal cobraron dos mil 513 personas junto con síndicos y regidores.

Ingresos muy desiguales. No se dio una reglamentación de rendimiento correspondiente a la paga, lo cual aceptaron los jefes al final de la jornada.

Otros sueldos altos que parecen no corresponder con el desempeño o la responsabilidad que llevaron, como el de Yolanda Martínez Camarillo, analista programadora, con ingreso de 68 mil 300 pesos.

Una capturista de datos (administrativa que escribe textos) percibió 28,800 pesos en la secretaría del Ayuntamiento, más que los 24,500 del jefe de Asistencia Técnica, Baldemar Rodríguez Martínez, o los 23,700 del jefe de Transparencia, Carlos Damián Urquijo Chaira.

En la ciudad y el municipio hay muy pocas actividades cívicas pero la jefa de eso, Ofelia Garza Pineda (de las fuerzas priístas en decadencia) se llevó casi los 45 mil mensuales sin protestar.

Ganaron más los capturistas de datos (mecanógrafos y mecanógrafas) que el Cronista Francisco Ramos Aguirre, con apenas 21 mil 500 pesos.

La auxiliar Martha Alicia Jiménez Salinas (tiene nombre de ex diputada), del área de Administración, tuvo asignado un ingreso de 30 mil 440 pesos. Un enlace de Transparencia, María Guadalupe de los Reyes, se llevó 43,500.

Analista programador de Tesorería, Rosa María Díaz Martínez, 36,235 pesos.

Pero los hubo de lujo como Gregorio Hernández Rodríguez, con 44 mil 86 pesos cada 30 días, casi lo mismo que el jefe de Comunicación, José Manuel Flores Montemayor (más de 65 mil).

Los coordinadores de Tesorería gozaron bien, 49 mil 155 pesos, en tanto que el auxiliar de ahí mismo, Antonio Frausto Cortez, casi llega a lo que ingresó el Tesorero Gerardo Robles Riestra.

No se sabe qué actividades hizo el jefe de Cultura, Manuel Cavazos Guerrero, Jr. del ex Gobernador del mismo nombre, pero se estuvo chupando más de 58 mil cada 30 días.

De todo el ayuntamiento, en todas las épocas, donde más se trabaja es en el área de Tránsito pero es donde menos se pagó en el bienio. Ahí no hay fines de semana ni días festivos. Sin embargo a la mayoría de los agentes se les cubrió la irrisoria suma de siete mil 600 y el mero jefe, Ariel López Talamantes, cobró 30 mil pesillos. Fue el “patito feo” del equipo, aunque con los mayores méritos para repetir en el cargo.

Un auxiliar de la dirección de Atención Ciudadana, como Sergio Alonso de la Rosa, ingresó 34 mil pesos, más que el mismo jefe Talamantes.

Un “cadenero” de Obras Públicas percibió poco más de 28 mil, cuatro mil adicionales que el jefe de Licitaciones de Obras Públicas, Eduardo Banda Ruiz y más que el jefe de Supervisión de Obras, Luis Alfredo Rivera.

El fotógrafo de Comunicación Social, Salvador Rivas Chávez, con largos años en la Presidencia cobró apenas siete mil del águila, pero un compañero suyo, José Federico Baldazo, auxiliar de oficina, no se quejó por los 37 mil que le asignaron. Muy disparejos los ingresos.

Juan Díaz Ulloa, toda una institución en Protección Civil y Bomberos, premiado y homenajeado por su actividad, cierra la lista de los dos mil 513 empleados del ayuntamiento 2016-2018, incluyendo al alcalde.

Ulloa recibió siete mil 394 pesos, según esa larga lista.