Por Javier Arratia Tirado
Cd. Victoria, Tamaulipas.- El viejo adagio de que la persona que toma agua de “La Peñita” es difícil que se vaya de Victoria aplicó a rajatabla en Moisés Musa Ledesma, quien admite que se bebió una jarra completa del líquido. Y ya vive aquí
Originario de la Cuba del legendario comandante Fidel Castro, el entrenador de pesas admite orgulloso haberse dado la oportunidad de quedarse a radicar de por vida en la capital de Tamaulipas.
El instructor de halterofilia, quien presta sus servicios para la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), comenta con gaceta.mx., cómo fue que llegó a Victoria, de las bases para que un joven pueda sobresalir en el deporte del levantamiento de pesas, entre otros aspectos.
Sobre su llegada a suelo mexicano, Musa Ledesma recuerda que ocurrió en noviembre de 1991 con un grupo de 21 instructores, que al paso de los días se fueron ubicando en diversos estados de la República Mexicana.
Recuerda que en lo particular llegó por un contrato de tres años firmado con el gobierno de Tamaulipas, y tras concluida su encomienda se incorporó a la UAT en 1994.
-Gracias a Dios llegué a tierras tamaulipecas, donde he hecho mi vida y con buenos resultados-
-¿Bebió agua de La Peñita y se quedó a vivir en Victoria?
– “A huevo” –responde, y advierte no es broma sobre el viejo adagio que, en lo personal, a él le cayó como anillo al dedo.
Profundiza al respecto:
-Alguien me dijo eso que me acabas de decir, pero me advirtió que debería beber no menos de un vaso, a lo que respondí, no me traigas un vaso mejor tráeme la jarra entera.
-¿Entonces le agarró amor a Victoria?
-Y cómo chingaos no, si en ese entonces yo ya conocía a mi esposa, pero nada firme de poder quedarme en México.
Reconoce que desde su llegada a este país pensó “de aquí soy”, por lo que calladamente pudo manejar ese bendito convenio y la relación binacional que se sigue dando entre Cuba y México.
-No fue nada fácil, y menos por la situación que se vive allá. Por eso doy gracias a Dios que, finalmente, poco después pude juntarme con mi esposa y que nacieran aquí dos de mis cuatro hijos.
-¿Dejó familia en Cuba?
-Solo una tía y primos, ya que años más tarde también pude traerme a dos de mis hijos, a cambio de soltar mucho dinero allá. Y es que sólo de esa manera pude sacarlos, mis padres murieron ya muy grandes.
Moisés Musa dice no arrepentirse de haber salido a tiempo de su natal Cuba, pues si antes era difícil vivir en ese país hoy es peor, pero por fortuna su padre trabajó mucho y no padecieron por falta de comida.
Hoy día la alegría de Moisés Musa es evidente luego de haber podido sacar adelante a sus cuatro hijos, una con residencia en Miami, Florida, otro en Monterrey, Nuevo León y el resto: Neysa y Moisés Alexei Musa Valladares, en esta capital de Tamaulipas.
Sobre el deporte actual de pesas en Tamaulipas, el entrevistado expresa que sigue imperando el vicio de siempre, pero no solo en la disciplina de la halterofilia sino en el deporte en general.
-¿Y cuál es ese vicio?
-Es la falta de empatía y tolerancia de los padres hacia sus hijos, al no asistir a los entrenamientos. Y es que el deporte es también la base de la educación; pero hay padres que no lo entienden de esa manera.
Añade que por mejores condiciones que tenga un atleta, si no cuenta con disponibilidad, constancia para entrenar y el apoyo de sus padres, prácticamente debe olvidarse de llegar siquiera a unos juegos nacionales, porque de ahí no pasará.
¿Qué es más difícil, entrenar o competir?
-Lógico que entrenar, ya que competir es de un día y de un rato, y el entrenar es la base de un atleta en cualquier país del mundo.
Como su trabajo no ha pasado en balde, Musa Ledesma advierte que está a punto de buscar su jubilación en la UAT, pero no porque lo desee sino porque desde hace años padece problemas con sus piernas.
-Hubo un tiempo en que casi no caminaba, pero hoy gracias a Dios con ejercicios y bajar de peso ya ando mucho mejor.
Luego de más de 47 años de entrenador y 12 como atleta, sobresaliendo en su primera faceta al ser considerado por cuatro años como el mejor instructor en Cuba, “hoy, con la ayuda de mi hijo Moisés Alexei me dedico a los muchachos y ya muy pronto pienso jubilarme”.
Los horarios de clases son de lunes a viernes de cuatro de la tarde ocho de la noche y Musa abre la invitación.
Para culminar con la charla, que se da en el viejo gimnasio de la UAT, el instructor de halterofilia enfatiza que siempre estará agradecido por el recibimiento y la oportunidad que le brindó México, y en particular Victoria, Tamaulipas.
-Qué más le puedo pedir a Dios y a México, que me recibió como mi segunda patria y que para mí es como si fuera la primera, porque tengo dos hijos mexicanos y mi esposa es mexicana.







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