El camino de los contratos

Felipe Martínez Chávez

Cd. Victoria, Tamaulipas.- Aunque joven, la Universidad Autónoma de Tamaulipas es una institución madura.
Creada en 1950, en los últimos años -dos rectores- se ha consolidado en lo académico y su prestigio llegó a estándares internacionales, ya como intercambio o proyectos conjuntos de investigación.
En lo histórico, 75 años no son significativos cuando hablamos de una institución de enseñanza. Pero sí cuando mencionamos la consolidación y certificación de sus carreras al tiempo que los catedráticos.
El empuje se debe a los dos últimos rectores, José Ma. Leal Gutiérrez y Enrique Etienne Pérez del Río. Se enfocaron al crecimiento cualitativo que reclaman los nuevos tiempos.
Hay algo que Etienne -Rector saliente- remarca cuando le preguntan cuál es su logro más importante al frente de la UAT: La unidad, paz y tranquilidad en que se desenvuelve la casa de cultura, responde.
Tiene razón. Los sobresaltos de los setentas y ochentas quedaron en la historia. Se acabaron los paros y huelgas atribuidas al “quinismo”. El porrismo quedó eliminado.
Un logro más que no es de relumbrón, pero habla del orden y la transparencia en que se maneja la Universidad, es el control de los ingresos y el gasto de las Unidades Académicas. Ya no manejan recursos propios a libre albedrío.
Precisamente en ese marco de unidad, la Asamblea Universitaria emitió la convocatoria para elegir nuevo Rector, una vez que Etienne Pérez del Río está por concluir su ciclo de cuatro años y decidió no participar en una reelección.
Para sucederlo se perfila otro académico, José Andrés Suárez Fernández, un agrónomo orgullosamente UAT egresado de Ciudad Victoria en 1975. Toda su vida profesional ha estado al servicio de la universidad.
Hizo carrera en ella desde catedrático, director de Unidad Académica (facultad), Secretario Académico, director de Planeación y director de Gestión Escolar (Servicios Escolares), que es el último desempeño.
Es académico, no político. Hay expectativas sobre su llegada. Consolidará los niveles académicos y la proyección de nuestra casa de cultura, que ahora ofrece 17 doctorados y más de 50 maestrías.
Suárez está en la plenitud de su desempeño. Nació el 10 de octubre de 1952 en Yucatán. Su familia lo trajo a vivir a ciudad Victoria cuando andaba por los ocho años. Ingresó a tercero de primaria en el Colegio Escandón.
La profesional en Agronomía, donde uno de sus profesores fue Humberto Filizola Haces, más tarde Rector.
Enviado a crear la carrera de Agroindustrias en Reynosa, ahora Unidad Académica Rhode, Suárez tuvo como alumno a José Ma. Leal, que luego ascendería a la máxima posición de la Universidad.
Desde que fue fundada en 1950, han pasado ya 17 rectores. Algunos lo fueron por muy poco tiempo, de tres días a tres meses por ministerio de Ley o por carácter interino.
El siguiente Rector será el número 18. Los consensos coinciden en Suárez Fernández. Las votaciones tendrán lugar el 12 de septiembre.
Como dice el contador Etienne, el más grande logro y valor que tiene la  joven universidad es la unidad. La comunidad, en sus 26 campus, trabaja en el cometido que les ha encargado la sociedad.
Decíamos, atrás quedaron las historias de porrismo y descalificaciones a los egresados. La UAT cumple con certificaciones nacionales e internacionales y su gente hace investigación. Tiene el compromiso de preparar a los futuros profesionistas tamaulipecos.
En otro tema, mire que la Cámara de la Industria de la Construcción en ciudad Victoria y  Tamaulipas pasa por malos momentos. Se está dando la retirada de socios por falta de obra (pública principalmente).
Es una historia cíclica. Comenzó en la administración de Manuel Cavazos Lerma, cuando tomó el acuerdo de realizar las principales obras por administración, es decir, el mismo gobierno. Así proyectó las carreteras a Matamoros y Rumbo Nuevo, además de regionales como Tula-Cieneguillas; El Capulín-Bustamante y Mainero-Garza Valdez.
Según el líder de los constructores en  esa época en ciudad Victoria, Eugenio Hernández Flores, la membresía ser redujo a 60 socios.
Otros proyectos fueron encargados a constructores de ciertas regiones del país. Llegaron a rentarle maquinaria al Gobierno.
Según los líderes de la CMIC, un 50 por ciento de los socios están desempleados, sin contratos. Piden que se otorguen por regiones, pero de Obras Públicas no les hacen caso. La mayoría son asignados a reynosenses.
Pronto la Cámara de la ciudad capital quedará sin recursos. Realiza una intensa campaña de afiliación en varias modalidades: Empresario constructor, asociado para colaborar en la industria de la construcción y asociado estudiantil.
Las cuotas no son cualquier cifra. Por afiliarse son 12 mil pesos; el refrendo siete mil.
El Instituto de Infraestructura Física Educativa no emite convocatorias ni hace asignaciones directas. Estas se hacen desde Obras Públicas a través de “gestores” que contactan con los jefes (Quintanilla). Luego viene un depósito a determinada cuenta bancaria privada de la promesa de contrato.
Como ha sucedido desde los largos años del priísmo, de antemano se sabe quién “ganará” una asignación, aunque se cumple cabalmente con el protocolo que marca la Ley.
En las “invitaciones” o asignaciones directas no es la secretaria del ramo la que manda. Son los “asesores”.
Para conseguir un contrato, hay que dejar hasta el 21 por ciento en dos partes.
Y si hablamos de convocatorias, la Secretaría de Administración del Gobierno del Estado, emitió una para comprar 24 mil medidores de agua que manejará la COMAPA Victoria. La apertura de propuestas es el 4 de septiembre.
Don Jesús Nader también emitió los documentos y compró, mil 286 lámparas para los policías, 265 cámaras de video para cascos de  policías, y 142 cámaras de sola para para los propios.
PD.- La Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucionales tres artículos de la Ley de Protección de las Personas que Intervienen en el Procedimiento Penal, de Tamaulipas, publicada en el Periódico Oficial del estado el 26 de mayo del 2015.
La denuncia fue presentada nada menos que por la PGR.