Max Ávila
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Desde este 14 de febrero Ricardo Anaya Cortés se convirtió en virtual prófugo de la justicia al no acudir al quinto y último requerimiento del juez Marco Antonio Tapia, a efecto de responder por presuntos delitos que incluyen soborno de 6.8 millones de pesos, entregados por el tristemente célebre Emilio Lozoya, ex director de PEMEX.
No acudió digo, por la sencilla razón que temió ser detenido. Prefirió, permanecer fuera del país, como lo hace desde hace unos seis meses, según aseguran autoridades migratorias. Difícil la situación de este “niño malcriado” quien en sus días de mayor brillo enfrentó a Felipe Calderón y a Margarita Zavala, quienes “indignados” abandonaron el PAN, aunque temporalmente, ya que cuando les convino regresaron como si nada y con tanto éxito, que hasta la respetable dama fue premiada con una diputación federal, tras fracasar en la creación de su partido familiar.
Ya sabéis que durante la campaña presidencial, Ricardo “N”, prometió encarcelar a Enrique Peña Nieto suponiendo que tal desplante le sumaría votos, siendo que lo que le atrajo fue el enojo de la clase política entonces en el poder y desde luego del personaje en cuestión. (Nota.- en lugar de enojo quise escribir “encabronamiento”, pero me abstuve para no distraer la “luna de miel” que disfruta doña Elba Esther Gordillo al lado de su juvenil marido).
El asunto es que Ricardo “N” ya no tiene “ni pa’onde hacerse” y tarde o temprano tendrá que comparecer ante la ley así se esconda en el rincón más lejano de México, como ha sucedido con otros cuya historia es conocida.
Usted dirá que Anaya pretende dejar su suerte al tiempo y las circunstancias. Es probable, porque no sabemos si la Transformación de AMLO alcance para aclarar casos como el señalado, que aquí entre nos, no parece ser de la gravedad como los relacionados con los ex presidentes Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y EPN, verdaderos culpables de la corrupción y los males que aquejan a la república.
Por lo pronto Ricardo “N” pasa a formar parte de la estadística negra de la justicia y aunque se dice “perseguido político”, lo cierto es que el desprestigio elimina sus ambiciones situándose ahora bajo la presunción de delincuente. Sea que los sueños de imitar a AMLO “recorriendo palmo a palmo el país” podrían reducirse a una celda de tres por tres metros y una hora diaria de salida al solecito.
Oiga, observamos que fuera de sus abogados, casi nadie levanta la voz en su defensa, como quien dice “lo están dejando morir solo”, abandonado por quienes alguna vez lo calificaron como “fenómeno de la política”. En este sentido, la verdad es que el muchacho se creyó más de lo que vale y las consecuencias están a la vista del portador.
HISTORIA INCONCLUSA
No solo por los tiempos electorales que vivimos sino por otras razones, la figura de Rodolfo Torre Cantú adquiere mayor fuerza moral. Fue, como sabemos, carismático, sencillo y sobre todo, responsable de su profesión original que de alguna manera le atrajo a la actividad cívica donde, por su nobleza de sentimientos, fácilmente se identificó con las causas populares.
Rodolfo fue ave rara en el campo minado de política costumbrista pero se adaptó, sabedor que era un conducto adecuado para servir de mejor manera a los demás. Y casi logró su propósito de no haber sucedido lo que sabemos.
Hoy más que nunca, entendemos que personas como Rodolfo hacen falta. Son las que requiere Tamaulipas cuando la confusión vulnera la credibilidad haciendo que la política se convierta en artículo de cambio muy lejano al interés ciudadano. Es una pena que “busca-chambas” ya derrotados moralmente, aprovechen y se apropien de su memoria cuando él perteneció a todos. ¿Con qué calidad le rinden homenaje aquellos que sin escrúpulos pisotean los principios e ideología del partido desde el cual Rodolfo encausó su vocación humanista?.
SUCEDE QUE
Feliz, feliz, doña Elba Esther anuncia el retorno a la política…¿Será porque la familia creció?.
Y hasta la próxima.
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